Los misterios de la taberna Kamogawa
De joven, uno sólo se rinde ante los manjares, pero cuando envejece lo que lo atrae de verdad es el sabor que el recuerdo añade a los platos.
Los misterios de la taberna Kamogawa (The Kamogawa Food Detectives en inglés, que me parece un título mucho mejor que el que nos ha llegado en la traducción al castellano) de Hisashi Kashiwai era una novela corta que tenía muchas ganas de leer. Había leído buenas reviews sobre ella, pero, a diferencia de las deliciosos manjares preparados en el libro, para mí se ha quedado a media cocción.
Es una lectura cozy, que te dejará salivando y con un buen rugido de tripas con las descripciones de los suculentos platos se preparan en la taberna Kamogawa y que te dejará el corazón calentito con la nostalgia de los clientes por un pasado que quieren rememorar una última vez. No obstante, la estructura acaba resultado repetitiva ya en la segunda de las seis historias (o casos). Me ha dejado con la sensación de haber leído lo mismo copiado y pegado reemplazando un cliente y su historia por otros.
¿Lo he disfrutado? Sí, o al menos las dos o tres primeras historias, luego se me ha hecho tan repetitivo que lo único que quería es terminar el libro. No volvería a leerlo ni seguiría adelante de ser una saga (que, según Goodreads, lo es). Eso sí, necesito ir a mi restaurante japonés más cercano, porque esta lectura me ha dejado con hambre.